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BTT Els Ports – Ruta 1 Forcall
DONDE LOS RÍOS SE ENCUENTRAN
El punto de salida es la Fábrica Giner.
Para empezar la ruta hay que cruzar el río, bien por su propio lecho (que no suele llevar mucha agua) o bien, a través de los bloques de piedra. El trayecto tiene un nivel de dificultad bajo (azul), a algún usuario no se lo parecerá cuando, nada más cruzar el río, tenga que subir la siguiente rampa.
La pendiente no debe preocupar a nadie en el resto de la ruta. Este marcado desnivel únicamente lo encontraremos en la primera rampa, enseguida la inclinación es más razonable y después ya será todo el rato bastante sosegada. Así el itinerario nos irá llevando tranquilamente siempre por la orilla izquierda del Bergantes, hasta que se le unen en Forcall los ríos Caldés y Cantavieja, en una singular circunstancia geográfica en forma de horca que le da nombre al pueblo.
El río favorece la variedad en la fauna lo mismo que en la flora: no será nada raro que avistemos buitres, que anidan por centenares en los altos roquedos de la Mola Encamaras. Otras aves que frecuentan las
cercanías del río pueden ser los milanos negros, los cernícalos o los mirlos. Con un poquito de suerte también podremos ver a la cabra montesa, que debido a la protección que disfruta se está volviendo
muy atrevida por estas tierras, y no se asusta con facilidad por la presencia de personas. También aquí se esconden otros animales que rondan estos espacios, como el zorro, el jabalí o el tejón.
La pista, sin grandes desniveles y con un firme bastante regular, -a excepción de alguna rampa con piedra suelta-, alcanza la carretera CV–124 a la altura del puente del río. La tomamos a la izquierda para dejarla de nuevo enseguida cuando llegamos a la pequeña capillita de la Consolacioneta. Allí nos desviamos por un camino hormigonado paralelo a la carretera y enseguida descendemos al propio río por unas empinadas escaleras de piedra que nos obligarán a descabalgar de la bici.
Nos encontramos ahora en el lecho del río Calders. Enfrente y, confundido con éste si va cargado, el lecho del Cantavieja, y un poco atrás nuestro compañero hasta ahora, el Bergantes. Aquí estos tres ríos forman la horca, (forca en valenciano), que da nombre al pueblo de Forcall.
En realidad lo que vemos es que de repente el cauce del río ha tomado entidad, y es un ancho llano lleno de gravas y algún arbusto de ribera. Entre tanto estamos rodeados de altas muelas: enfrente la Mola de la Vila de Forcall, un paraje público que vale la pena visitar, a su derecha Encamaras, detrás nuestro la roca de Migdia de la Mola de la Garumba, y entre ésta y la de la Vila, la Mola de Sant Cristòfol o Mola del Mas de
Roc, llegando la ruta a su cima para bajar luego a Forcall en la ruta número cuatro.
Justo entre las cuatro muelas está la confluencia en la que los ríos Calders y Cantavieja entregan sus aguas al Bergantes.
A continuación la ruta nos propone atravesar el lecho del río. Para ello existen dos alineaciones de grandes bloques de roca sobre al agua (huellas secas), que nos facilitarán el paso cuando el río lleve más agua. Al otro lado hay que remontar el río e ir a la izquierda hacia la localidad de Forcall dando un pequeño rodeo
entre las huertas de sus aledaños.
También pasaremos junto al Molí Matalí, un antiguo molino harinero hidráulico que sus actuales propietarios han sabido conservar y restaurar con gusto. Tras dejar atrás la balsa del Molino llegamos a la carretera CV-120 y la tomamos a la izquierda entrando en el pueblo, donde pasa a ser la CV-124.
La ruta nos llevará por la carretera hasta la pista paralela al río que nos trajo hasta allí y que nos llevará de vuelta a la Fábrica Giner, y que ya no necesita mayores explicaciones.
En cualquier caso, este paso por Forcall es un buen momento para acercarnos a la plaza y disfrutar de este singular espacio público, y de la contemplación de los hermosos edificios que lo conforman.
La excusa es perfecta para relajarnos en alguna de las terrazas de los establecimientos allí instalados. Forcall tiene oferta más que de sobra para reponer fuerzas como es debido y seguro que será un merecido placer.